mitos y leyendas de Colombia:
El Mohán:
El Mohán o Muán, a veces también conocido como Poira, es una criatura bastante conocida en muchas regiones de Colombia. Se le describe como un ser viejo, con ojos brillantes, cubierto de pelo, con uñas largas y con una capa de musgo que lo cubre completamente.
Puede ser encontrado en el interior de cuevas en las montañas y en rocas ubicadas en ríos y quebradas. Es una criatura a la que le gusta perseguir a las jóvenes bellas y dicen que tiene gusto por la sangre de niños recién nacidos.
La Pata sola:
La Pata sola es uno de los mitos más extendidos en Colombia. Se le describe como una criatura con una sola pata en forma de pezuña e invertida para despistar con sus huellas a los que la persiguen. Es bastante ágil y puede moverse a gran velocidad.
Tiene la capacidad de transformarse dependiendo de la situación. A veces es descrita como una mujer hermosa que atrae a los hombres para después matarlos y otras veces como una vieja con un solo seno, greñas y grandes colmillos afilados.
La llorona:
La llorona es un mito muy popular no sólo en Colombia sino en toda Latinoamérica, desde México hasta Chile. Los campesinos la describen como una mujer con un rostro huesudo, greñas largas, vestiduras sucias y cargando a un niño muerto en sus brazos.
Se caracteriza por un lamento largo y desgarrador, acompañado a veces de gritos escalofriantes. Este espíritu corresponde al de una mujer que asesinó a su propio hijo y ahora anda condenada a lamentarse por la eternidad. Puede ser encontrada en las riberas de los ríos y entre los cafetales.
La Madremonte
La Madremonte o Madreselva es reconocida como la deidad de los bosques y las selvas. Esta rige sobre las lluvias y los vientos, así como sobre toda la vegetación.
Al ser una deidad no posee una forma física definida, pero a veces suele aparecérsele a los campesinos de distintas maneras. Una de las más comunes es la de una vieja cubierta de musgos y que pareciera echar raíces sobre los pantanos.
El sombrerón
El sombrerón es un personaje siniestro que vestía siempre de negro y en su cabeza portaba un gran sombrero. Montaba un caballo negro siempre por las noches lo que hacía que se confundiera con la oscuridad.
Esta figura aparecía y desaparecía de los pueblos sin dar aviso. Perseguía a borrachos y pillos siempre a altas horas de la noche en sitios solitarios.
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